Concejales de Hacemos por Córdoba instan a los diputados a mantener el financiamiento universitario. Además, en el partido amarillo hay un infiltrado cordobesista que está apostando por su propia agenda.
Martín Llaryora juega sus cartas en todo el territorio y demuestra con hechos que su apoyo al presidente no es tan sólido como la firmeza de ideales que lo caracteriza.
A horas de que se defina cómo se alinearán las fuerzas políticas en torno al último veto de Javier Milei, con Mauricio Macri ya manifestando su respaldo al Presidente y con todas las miradas puestas en los diputados aliados del libertario en su anterior enfrentamiento con el Congreso, como el radical Luis Picat, el Concejo Deliberante de Jesús María, de donde es oriundo el dirigente, trataría un proyecto de resolución para que los dieciocho legisladores cordobeses de la Cámara de Diputados apoyen el financiamiento para las universidades.
En Jesús María, Juntos por el Cambio no incluye al PRO, que responde al exintendente Gabriel Frizza, enfrentado a Luis Picat, actual viceministro de Cooperativas y Mutuales de la Provincia de Córdoba. Es decir, Frizza es miembro del “partido cordobés”, la plataforma política creada por el gobernador Martín Llaryora para ganar las elecciones el año pasado.
Mauricio Macri se ha convertido en el hombre clave en el conteo final de la votación más trascendental en esta era libertaria dependiente del poder legislativo nacional.
Si el alfil del gobernador cordobés en Jesús María logra que sus dos diputados, parte del PRO, apoyen a las universidades, las probabilidades de anular el veto ascienden al noventa por ciento.
El interior de Córdoba es fundamental en esta votación nacional, que resulta trascendental tanto para la coyuntura política como para la historia del país.
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