Exilio infante, monte, libertad y militancia humanista
En una nueva entrevista de Perfiles Urbanos NOVA transmitimos una historia de un exilio prematuro a miles de kilómetros de nuestro país, pero el retorno familiar también les hizo erizar la piel porque el exilio fue monte adentro. Sin embargo el proceso personal de la protagonista es uno de los ejemplos de la revolución más sana que puede existir en la historia coyuntural global.
María Virginia Losada Weht es madre de dos hijos, Coral y Simón y, es gestora cultural independiente, pero en constante colaboración con la Comuna de Cabalango ubicada en el Valle de Punilla y le pone el cuerpo a la "reci" como le dicen en el colectivo social al que pertenece con la Cooperativa de Trabajo y Recicladora Tukuy que realiza una labor trascendental para nuestra casa, el planeta Tierra, aportando el imprescindible granito de arena para el bastardeado cambio climático.
Vicky, cómo la conocen todos en este pedazo hermoso de sierras cordobesas expresó para NOVA: "Mis padres fueron militantes barriales y colaboraban con la agrupación Montoneros, se exiliaron junto a mis tres hermanos, nací en Venezuela y viví allí hasta mis 3 años. Durante ese tiempo mi madre nunca desarmó las valijas".
Ubicándose en su presente agregó: “Hoy siento un llamado sin límites hacia la militancia, lo entiendo como parte de un proceso personal adulto escuchando el llamado de mi camino".
Nadando de lleno en las profundas aguas del terrorismo de estado comentó: “Mis padres realmente tuvieron que huir en una moto con dos hijos y mi madre embarazada de 8 meses, a los 5 minutos que se fueron los militares ya los estaban buscando y se quedaron tres días en la casa del frente ".
Con respecto a su etapa venezolana y desde el corazón aclaró: "Siempre escuché que el país nos recibió con los brazos abiertos, cuando encontrábamos a otros argentinos era como reencontrarse con la familia, llegamos en el 76, poco tiempo después nació mi hermana Regina y en el 79 nací yo".
Luego continuó: "Mi madre ya había tenido tres cesáreas, su embarazo denotaba riesgo y sin embargo desde el amor y la fuerza de voluntad decidió tenerme, hoy con más de 40 años siento que gracias a eso mi estructura emocional es amor y tristeza con todo el proceso que atravesé, pero el deseo de mi madre lo sigo sintiendo fuerte hoy".
Ampliando la conversación al contexto cultural en el exilio y en tierras nacionales Virginia comentó: "Soy venezolana y aunque me críe escuchando artistas como Mercedes Sosa y Violeta Parra también nos vinimos con el cuatro venezolano y el síncope que rompe con la estructura musical tradicional argentina con un ritmo que parece como ir al revés, aunque no soy música, pero mi madre sí y esa vibración la siento muy internamente buscando siempre caminos diferentes por dónde andar".
"Alí Primera era un músico de protesta venezolana que se escuchaba en casa, de esos que supuestamente murieron accidentalmente, pero lo mataron".
Como gestora cultural pero profundamente desde el sentir explicó: “Hoy el arte se relaciona con el goce, sin embargo, en el entorno familiar y político en el que crecí no tengo registro de eso, mi viejo militaba en el barrio y era duro el contexto".
Esforzando la memoria expresó: "Con mi madre los cuatro hermanos volvimos un año antes a Argentina cuando mi papá se quedó trabajando como médico en Venezuela. Argentina estaba destrozada en el alma y ahí empezó una historia reiterativa porque aprendí a hablar con tonada venezolana y cada vez que me preguntaban por qué mi DNI empezaba distinto, era repetir la historia de haber nacido en el exilio".
Con el coraje para poder llevar el corazón en la mano reflexionó: “En algunos momentos hoy puedo ir sanando pero esa necesidad de esconderse, de estar oculto con 44 años todavía está en mí".
Al ahondar en su identidad comentó: "Siento una dualidad constante porque nací en el exterior porque a mis padres los obligaron a huir. De mis hermanos nunca me separé y cuando regresamos mis padres compraron un campo en Cabalango, medio escondido como para volver a exiliarse sin embargo con el tiempo se convirtió en un lugar de encuentro que nos ayudó a transformar nuestra historia".
Al centrarnos en su militancia política Virginia Lozada declaró: “Siempre me atrajeron los barrios, en el camping de mi familia se realizó el primer y único campamento de HIJOS, en aquel momento sin la mensajería espontánea de hoy vinieron chicos de todo el país pero cuando pienso en mí militancia está más vinculada a los barrios y primero a nuestro hogar 3 donde llegué de la mano de Ana Morillo primero y Martín Fresneda".
Luego agregó: "Sentí inorgánico ir hasta Córdoba a militar cuando acá a la vuelta siempre hay algo importante para sumar. Siempre tuve llegada a la comuna de Cabalango y de la mano del kirchnerismo realicé clases de secundario para adultos y distintos talleres o actividades deportivas y educacionales porque creo que son muy importantes para la salud".
A su vez fue la gestora de la feria social y cultural de Cabalango creada con la intención de contrarrestar la atracción moderna de las redes sociales y motivando un verdadero espacio de contención en una red comunitaria. El acompañamiento a los más humildes siempre fue y es el faro de atracción en el camino de esta verdadera guerrera.
Por su historia como lugareña del monte profundo al consultarle su conexión interna entre las raíces comechingonas y su infancia entre el exilio y la militancia decidió expresar: "Estas son y serán tierras comechingonas y yo he encontrado esqueletos completos de nuestros ancestros y varias veces me sentí atraída en lugares inhóspitos hacia puntas de flechas, siempre guiada por una intuición muy profunda".
En el pasado mes de agosto cuando se celebró el ritual de la Pachamama en la plaza central de Cabalango hasta los policías participaron de la iniciativa y para Vicky fue un momento de revelación por su historia atravesada emocionalmente en su infancia con el terrorismo de Estado.
Al mirarse al espejo como madre la protagonista de la sección Perfiles Urbanos de NOVA comentó: “A diferencia de lo que me sucedió, mis hijos nacieron en plena libertad y pueden decidir construir su futuro de una forma muy distinta".
Por supuesto en esta entrevista tan sentida la historia de Virginia Weht tiene una coherencia: "Mi madre llevó tanto a mi padre como a mí a la militancia y compromiso para ayudar a los otros por eso tengo esa atracción para estar cerca de los humildes, mi madre fue y sigue siendo una guerrera".
Vicky trabaja voluntariamente y es socia en la Cooperativa de Trabajo y Recicladora Tukuy que es una referencia ineludible de trabajo sentido desde la empatía colectiva en la zona de Tanti y Cabalango. Educación, cultura y deporte por su aporte a la salud son pilares en su meta desde lo social.
Al finalizar este hondo, doloroso y transformador diálogo la militante humanista respondió a una pregunta situada en un escenario hipotético ¿Si pudieras hablar con esa niña que llevas adentro cuando estabas en Venezuela y sentías que durante tres años tu madre no podía desarmar la valija que le dirías? “Que confíe, que la vida siempre gana sobre la muerte, que el dolor se transforma porque nunca estamos solos".
Hoy María Virginia Lozada Weht se siente aceptada y parte de una comunidad y colectivo social tan fuerte como profundo. Los días de oscuridad ya no generan las sombras del pasado.
Vamos caminando que aquí se respira lucha, se escucha de fondo durante la entrevista y esas palabras hechas canción y hasta himno de resistencia son ideales para ponerle punto final a una historia de vida que nació en el exilio, se transformó sintiendo como nuestros ancestros y le puso el cuerpo a la lucha ambiental y cultural.