Panorama Político Cordobés
Cambios

Jaula para todos

La almacenera de la importante avenida se siente muy segura. (Dibujo: NOVA)

La almacenera de la importante avenida se siente muy segura. Gracias a una llamativa reja o rejilla según como se la mire, ella atiende su negocio desde atrás del enrejado que le hizo poner al local después del sexto asalto que sufrió hace un par de años en plena pandemia.

La rejilla se ve horrible, con el tiempo la pintura se ha saltado y la vista de cómo va desde el suelo hasta el techo causa cierta impresión. Pero ella está feliz. Al fin está segura!.

Noelia vive en un coqueto barrio de la zona sur, otrora uno de los barrios más caros y miembro del club de " costosos barrios residenciales".

Luego de padecer varios robos y entraderas, se siente feliz con su alambrado eléctrico perimetral que según ella la hace sentir muy segura ya que ha bloqueado varios intentos de asalto. El sistema tiene tres intensidades de descarga y está pensado para que los animales puedan pasar entre los alambres.

Cecilia, presidenta un centro de jubilados muy importante, le habían robado varias veces, así que en uno de los repartos de fondos de la municipalidad, decidieron gastar una fortuna en un artístico enrejado perimetral, rejas en puertas y ventanas del local con el que sienten que los cacos no podrán entrar nunca más.

En otro tranquilo barrio de clase media, rejas y alarmas no están alcanzando, mujeres, ancianos y también hombres mayores salen de sus casa "pelados", sin nada arriba. Es que los veloces motochorros los sorprenden a toda hora y en cualquier lugar y arrebatan carteras, billeteras, celulares, relojes cualquier cosa que la víctima lleve encima.

Con vista que pareciera ser infrarroja, saben detectar todo elemento escondido en corpiños y calzoncillos. Si la víctima se atonta no dudan en recurrir a los golpes de culata o al arrastrado por el pavimento con tal de lograr su cometido.

Para este barrio a surgido una nueva solución adicional. Un modernizado sistema de alarmas comunitarias con la que los vecinos han empezado a salir más seguros.

El sofisticado sistema, en caso de asalto, hace sonar una bocina muy fuerte hasta cien metros del lugar del hecho. Se espera que al sonar el elemento acústico, los vecinos de.la zona salgan raudamente a auxiliar a la víctima del atracoy espanten al delincuente que ya no volverá nunca más con el susto que se pega.

Así los barrios de la ciudad de Córdoba se van convirtiendo en grandes jaulas donde los ciudadanos tratan de sobrevivir ante los avances de la delincuencia que no para de crecer.

A criterio de los especialistas, todas estas medidas individuales seguirán siendo inútiles porque los delincuentes también progresan y manejan los tiempos y los espacios.

Sin una política pública coordinada por verdaderos conocedores en la materia a nivel gubernamental, la epidemia de la delincuencia seguirá creciendo año tras años en una Argentina que se ha convertido en una importante fábrica de pobres e indigentes.

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