La vicegobernadora Miryan Prunotto opacó la crisis de Capital y la transformó en una oportunidad

Luego del escándalo —inducido, según su entorno— por la difusión de las listas de empleados, contratados y "espectros" de la Legislatura, la vicegobernadora Miryan Prunotto tuvo su acto de respaldo político en Capital. El evento buscó ser una exhibición del partido cordobés: músculo radical con guiños al peronismo.
El agua corre bajo el puente y la polémica se diluye, como le gusta al gobernador, con acciones concretas y cercanía hacia quienes realmente transpiran la camiseta en lo político.
La titular del Poder Legislativo encabezó el viernes una "sangucheada con Coca" en el salón de Alecyt, el gremio del Correo que conduce Marcelo Díaz, dirigente de las 62 Organizaciones y cercano a la senadora Alejandra Vigo. Allí celebró el Día del Trabajador con aproximadamente 1.500 invitados, entre dirigentes, militantes y representantes de centros vecinales y gremios.
Solo por citar un ejemplo concreto: uno de los protagonistas de la ruptura sólida y sostenida en el tiempo del radicalismo, como el exintendente Ramón Mestre, apenas logró reunir 150 personas para su acto por el Día del Trabajador.
La vicegobernadora es una mujer directa y con autoridad. No le tiembla el pulso para expresar y accionar con hechos su intención de ser la próxima intendenta de la Capital.
Esto, claro está, la coloca en la línea de fuego de pesos pesados del PJ: el llaryorista Miguel Siciliano, presidente del bloque de legisladores de Hacemos; el poderoso ministro de Gobierno, Manuel Calvo; y el ahora visiblemente fortalecido secretario de Fortalecimiento Vecinal, Héctor “Pichi” Campana.
Algunos de ellos han dicho, sin tono de broma, que el peronismo jamás le haría campaña a una intendenta radical.
El patriarcado, aunque disminuido, sigue existiendo. Y la política está lejos de ser un ambiente ajeno a estas realidades. Pero la carrera de quien tiene origen radical, trabaja con capacidad y pone el cuerpo en el territorio está preparada para dar pelea. Y cuenta, además, con el respaldo de Alejandra Vigo.