Panorama Político Cordobés
Interna radical

Los peces gordos presionan y Rodrigo De Loredo busca confianza sin haberla construido nunca

El radicalismo cordobés discute sus candidaturas. (Dibujo: NOVA)

Las elecciones legislativas están a la vuelta de la esquina y, en un escenario donde el Congreso aparece en gran medida opositor al presidente, pero al mismo tiempo anulado por el propio Ejecutivo como pocas veces en la historia reciente, la importancia de estos comicios se multiplica.

Como siempre, la verdadera relevancia de la elección no está en el resultado inmediato, sino en que funcionará como la única gran encuesta legítima y sin intereses de por medio rumbo a 2027, la elección que realmente importa.

En ese contexto, el radicalismo cordobés discute sus candidaturas. Una vez más, lo hace en medio de una interna donde no sorprendería que, además de gritos, se escuchen platos rotos y crezca la desconfianza hacia el jefe del bloque boina blanca en la Cámara de Diputados, Rodrigo De Loredo, un dirigente que necesita alianzas, pero al que —como es evidente— casi nadie le tiene confianza.

De Loredo depende de un grupo de socios con mayor o menor cercanía, con quienes ha compartido reuniones, chats y estrategias a lo largo del tiempo. Pero ahora, en plena previa del despegue electoral, necesita que todos ellos combinen sus necesidades políticas con su propia ambición personal, algo que no es sencillo.

Entre esos actores se encuentran el senador Luis Juez, el diputado y líder de la bancada libertaria Gabriel Bornoroni, intendentes radicales, legisladores provinciales, concejales y un nutrido grupo de dirigentes y militantes, en algunos casos de facciones enfrentadas, que deberían dejar de lado sus propios intereses para darle a De Loredo un gesto de respaldo.

Un crédito político, un voto de confianza o, como dicen algunos mestristas —a pesar de tener poca memoria—, “un cheque en blanco".

Esa facción responde al ex intendente de la capital provincial y representa la oposición más grande dentro del partido centenario, aunque no la única. El "panqueque cordobés", como lo apodan sus detractores, también enfrenta resistencia en el PRO, donde nadie se anima a mencionarlo en voz alta.

Luis Juez, que posiblemente encabece la boleta, ya sufrió una traición y sabe bien de qué se trata ese juego.

El próximo lunes se llevará a cabo la interna radical. Ayer por la tarde, hubo un poroteo clave cuando se pidió la convocatoria de los congresales del departamento Colón y, en otra decisión, se les cerró la puerta a los nuevos núcleos internos.

Entre los afectados están el grupo liderado por el suegro de De Loredo, Oscar Aguad, quien había bautizado su vertiente como “Desarrollo o Pobreza”, y el del dirigente Dante Rossi.

Fue un golpe duro para De Loredo, a quien varios consideran el caradura más grande de la política cordobesa. Si existiera un mínimo de coherencia interna, aseguran, no debería tener chances de imponerse.

Intendentes radicales y dirigentes con peso propio están cansados de que sus gestiones terminen manchadas por las jugadas legislativas libertarias con las que De Loredo tensiona al centenario partido.

Mientras tanto, Juan Schiaretti ya dejó entrever que será de la partida. Eso inquieta a varios y pone aún más presión sobre las definiciones de los libertarios, porque se espera una contienda pareja en un escenario donde la pelea entre la Provincia y la Nación atraviesa su punto más caliente.

Otro interrogante importante es si la candidatura de De Loredo está condicionada a la ratificación del veto, como sostienen sus rivales internos. Esa duda se terminará de despejar en cuestión de días.

Tal vez el próximo lunes la UCR le cierre definitivamente la puerta a Rodrigo De Loredo. Sería un desenlace previsible, y el único que podría evitarlo es el presidente del partido en la provincia, Marcos Ferrer.

El tiempo corre y, como siempre, es el único que nunca se equivoca.

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